La anorexia nerviosa se caracteriza en
los adolescentes por el rechazo a mantener el peso del cuerpo en los
valores mínimos normales.
Para ello el adolescente realiza dietas
muy restringidas, limitadas a unos pocos alimentos con la finalidad de
perder peso, debido a un miedo intenso a ganar peso y a una alteración
en la percepción de la forma y tamaño de su cuerpo, de su imagen
corporal.
Consecuencias de la anorexia en
la salud del adolescente
En la anorexia
la mayoría de los problemas físicos que aparecen son consecuencia de la
mala nutrición, de la restricción alimentaria y de la pérdida progresiva
de peso, del uso abusivo de laxantes, diuréticos y el vómito.
En las jóvenes adolescentes, desaparece
la menstruación. Aparece estreñimiento, sensación de plenitud y de
hinchazón. Complicaciones renales y cardiovasculares siendo las más
frecuentes la bradicardia y la hipotensión, hidroelectróliticas y
arritmias.
En algunos casos de anorexia en
adolescentes hay riesgo de muerte súbita.
Puede aparecer un aumento del vello,
llamado lanugo, en brazos, piernas, hombros, espalda y cara. La piel del
cuerpo se reseca y agrieta, se puede llegar a alcanzar una coloración
amarillenta de piel en las de extremidades.
El cabello se seca, pierde brillo y cae
abundantemente. Las uñas se vuelven quebradizas. Los huesos también se
resienten, y puede producirse un estancamiento en el crecimiento y no
llegar a alcanzar la talla previsible.
Las consecuencias psicológicas y
del comportamiento de la anorexia
La persona que sufre anorexia presenta
una gran insatisfacción y un nivel de autoestima muy bajo debido a las
actitudes y pensamientos negativos que tiene hacia su cuerpo y hacia sí
misma. La distorsión del pensamiento suele presentarse en forma de
tremendas exageraciones, generalizaciones, en el sentido de todo o nada.
El carácter también cambia y se va
mostrando más susceptible, más irritable y ansioso, con cambios bruscos
en su estado de ánimo, perdiendo el interés por lo que le rodea.
Aparecen trastornos como la depresión, la
ansiedad, la fobia, o pensamientos obsesivos, rituales y compulsiones.
En cuanto a su comportamiento, su forma
de comer se lentifica, esparce la comida en el plato, la manosea, se
pesa con frecuencia, palpa de forma repetida partes de su cuerpo, recoge
información de recetas y calorías.